El Día de los Mercados
Los “piquetes” por la mañana en los mercados son un clásico en la propaganda y agitación dirigida a las mujeres, o mejor dicho a las “amas de casa”, así que parece que las cosas no han cambiado tanto. Pero esta vez es solo una actividad más entre otras muchas, hay una lista interminable de actos, algunos impensables hace algunos años; así que dejo de refunfuñar para mis adentros y voy a junto a mis compañeras a poner una mesa en el mercado de Pacifico,( creo que hemos pasado de pedir permiso).
Es curioso pero hay muchos hombres comprando, jubilados y prejubilados, solos o con sus mujeres y casi todos se confiesan expertos en cocina, se ve que los concursos de televisión han dado prestigio a esa tarea domestica y que se necesitan otros programas de lavado, planchado, fregado, etc.
Aunque hay gente que rechaza los folletos, en general la acogida es muy buena, casi todo el mundo ha oído hablar del día 8 y está deseando comentarlo, nosotras nos centramos sobre todo en lo que podíamos llamar huelga de brazos caídos: no comprar, no consumir, no hacer nada en casa,… demostrar que si nosotras paramos todo se para.
También hablamos con personas de los puestos del mercado tradicional en la planta baja y con las pequeñas tiendas de los alrededores con muy buena acogida. En el supermercado de la primera planta, no nos dejan poner ningún cartel, es política de la cadena no dejar colocar nada sea del tema que sea, nos inundan con su propaganda y sus ofertas, pero no están dispuestos a colaborar en las actividades del barrio; tenemos que empezar a pensar donde y como compramos y ojalá cuaje en el barrio el proyecto de supermercado cooperativo y podamos tener otras alternativas de compra y consumo.
Al final el balance es muy positivo, hemos repartido unos 200 dípticos, se nos han unido mujeres que no conocíamos, salir a la calle es la mejor manera de hacer barrio y mucho más divertida que las reuniones en mesas y despachos, entre las nosotras ha habido muy “buen rollo” y una sensación de complicidad y camaradería (sigo sin acostumbrarme a la palabra sororidad, me recuerda a las monjas del colegio).
Se anuncia un temporal de lluvia y viento, pero la difusión de la Huelga sigue adelante
Aunque hay gente que rechaza los folletos, en general la acogida es muy buena, casi todo el mundo ha oído hablar del día 8 y está deseando comentarlo, nosotras nos centramos sobre todo en lo que podíamos llamar huelga de brazos caídos: no comprar, no consumir, no hacer nada en casa,… demostrar que si nosotras paramos todo se para.
También hablamos con personas de los puestos del mercado tradicional en la planta baja y con las pequeñas tiendas de los alrededores con muy buena acogida. En el supermercado de la primera planta, no nos dejan poner ningún cartel, es política de la cadena no dejar colocar nada sea del tema que sea, nos inundan con su propaganda y sus ofertas, pero no están dispuestos a colaborar en las actividades del barrio; tenemos que empezar a pensar donde y como compramos y ojalá cuaje en el barrio el proyecto de supermercado cooperativo y podamos tener otras alternativas de compra y consumo.
Al final el balance es muy positivo, hemos repartido unos 200 dípticos, se nos han unido mujeres que no conocíamos, salir a la calle es la mejor manera de hacer barrio y mucho más divertida que las reuniones en mesas y despachos, entre las nosotras ha habido muy “buen rollo” y una sensación de complicidad y camaradería (sigo sin acostumbrarme a la palabra sororidad, me recuerda a las monjas del colegio).
Se anuncia un temporal de lluvia y viento, pero la difusión de la Huelga sigue adelante
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