jueves, 16 de marzo de 2017

Contaminación y Salud: Contaminación Medio Ambiental


Juan García Vicente, de Ecologistas en Acción, nos habló sobre contaminación medioambiental.
El aire contaminado es causa de muerte prematura de medio millón de personas al año en la UE, según la Agencia Europea del Medio Ambiente; y de siete millones de personas en el mundo, según informes de la OMS. Esto es algo aceptado socialmente; lo cual sería inconcebible si se tratase de muertes provocadas por consumo de leche, por ejemplo.
La directiva europea del 2008 es el punto de referencia para ver dónde estamos cada año en materia de contaminación. Se miden y establecen límites para las concentraciones de dos tipos de partículas: las PM10, más grandes, y las PM2.5, más pequeñas y por tanto más perjudiciales para la salud, puesto que penetran fácilmente en las vías respiratorias.
Los valores admitidos por la Unión Europea son mucho menos restrictivos que los de la OMS. Mientras que la OMS establece valores máximos (expresados en microgramos por metro cúbico) de 20 para las PM10 y de 10 para las PM 2.5, La UE acepta PM10 de hasta 40 y PM2.5 de 25.


Según el mapa de España por regiones, el 69,5% de la población
respira aire con concentraciones de partículas por encima de los límites establecidos por la OMS. 
Hay que tomar las medidas necesarias cuando se está a dos puntos de alcanzar el límite admitido; y hay que ir bajando también los niveles admitidos, pues “ningún nivel de contaminación es bueno”.


En cuanto al tipo de contaminantes y su distribución, la contaminación del aire es, en palabras de Juan García Vicente, “perversamente democrática”. Ciudades como Barcelona, Madrid o Granada (por la proximidad a Sierra Nevada) se ven seriamente afectadas por los altos niveles de NO2 (dióxido de nitrógeno) mientras que el O3 troposférico (ozono “malo” relacionado con la
verticalidad de los rayos solares), fuerte antioxidante perjudicial para los seres vivos, se concentra especialmente en parajes aparentemente limpios como sierras y valles, pues el tráfico inhibe la producción de O3. Concretamente en Madrid, cuyo Ayuntamiento tiene 24 estaciones de medición (hay otras 23 en el resto de la Comunidad), las concentraciones máximas de O3 no se producen en Las Escuelas Aguirre sino en la Casa de Campo.


Por otra parte, en relación con las emisiones de CO2 generadas por los motores Diesel, el fraude de la Volkswagen fue un escándalo, pero lo cierto es que muchas otras compañías de automóviles vendían vehículos diesel que emitían diez veces más de lo que decían emitir.
¿Qué podemos hacer? El problema es de tal envergadura que

debemos movilizarnos, denunciar la altísima contaminación, exigir que los niveles admitidos se adecúen a los límites marcados por la OMS, que se nos informe de cuáles son por el mayor número de vías posibles y que se apliquen las medidas necesarias cuando estos límites se vayan a alcanzar. Tenemos que convencernos a nosotrxs mismxs de la necesidad de usar de manera más

responsable el coche y otros medios de transporte; la solución no está en seguir manteniendo y creando enormes infraestructuras (infinitas vías de entrada y de circulación por la ciudad), pues esto tiene un efecto llamada y no hace sino agravar la situación. Y, desde luego, tenemos que exigir la habilitación urgente de zonas de aparcamiento próximas a las estaciones de trenes, metros y autobuses que comunican el extrarradio con la almendra central, así como el incremento de la flota y frecuencia de paso del transporte público para que sea viable dejar el coche atrás.

Para más información:


· Ecologistas en Acción:
http://www.ecologistasenaccion.org/rubrique432.html

· Greenpeace:

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