miércoles, 26 de septiembre de 2018

Maternidad, Redes y Nueva Política ll



Como cuando anunciaron su embarazo, otra vez me produce  estupor,  malestar y vergüenza ajena, la carta de Pablo Iglesias en Facebook, hablando esta vez del parto y del estado de sus gemelos.
enredadasenelbarrio.blogspot.com/2018/04/maternidad-redes-y-nueva-politica.html

Las reflexiones que hice en aquel momento y que podéis leer en el enlace de arriba, sirven también para este nuevo comunicado, pero hay aspectos diferentes que me gustaría comentar
https://www.facebook.com/IglesiasTurrionPablo/posts/2211589662246761?__tn__=K-R

Por supuesto son impresiones y opiniones totalmente subjetivas y voy a intentar analizar la carta desde distintos ángulos.

En primer lugar sigo sin entender por qué los políticos tienen que convertirse en estrellas mediáticas y contarnos con pelos y señales detalles de su vida intima y privada.

No entiendo por qué nos tiene que interesar lo que les van a contar  a sus hijos  cuando sean mayores. En el primer mensaje nos hablan de “Érase una vez “el poema de Goytisolo sobre el lobito bueno, ahora gran parte del comunicado nos recuerda a la famosa canción de Ismael Serrano: “Papa cuéntame otra vez”, pero descafeinada y apta para todos los públicos.

Ya sé que no es lo mismo, pero recuerdo como criticamos  la boda de la hija de Aznar (un acto privado que al retransmitirlo por televisión se convierte en público y  parece de interés nacional); Facebook también se ha convertido en una gran pantalla en la que todo se cuenta y todo se banaliza.

Desde el punto de vista literario y de comunicación me parece que la nota es innecesariamente larga, con un tono sensiblero y que podría haberse resumido en unas pocas líneas, concisas, claras y de carácter informativo.

El texto mezcla frases, guiños  y toques “progres”,  con otros absolutamente rancios y conservadores, usando un lenguaje  cursi y almibarado, pero muy eficaz para tocar el “corazón” de los lectores y me temo que sobre todo de las lectoras.

 Por ejemplo:

Frases como: 

“Vamos hijos, vamos”, “siempre seremos leales a lo común”…

Comparar a un médico con el ángel de la guarda.

Enumerar a lxs médicxs con nombres, apellidos y adjetivos, (lo que me parece  una falta de respeto a la intimidad de estos profesionales), menos mal que del personal de enfermería sólo nos da los nombres de pila, también aquí hay clases.

Hablar de las grandes dosis de amor en los proyectos de la izquierda.

Agradecer los abrazos de la tribu y la de los adversarios políticos

La enfermera que les habla en euskera

La llamada afectuosa del Rey y de la Reina

Los rezos a vírgenes y santas de nombres imposibles.

Los hermanos de leche, las trincheras, los guerreros,  los himnos, las banderas, el nudo en la garganta, la cicatriz,…

Esperamos encontrar este tipo de  lenguaje en las revistas del corazón, en los Realities, en las telenovelas y en algunos panfletos, pero francamente me causa sorpresa y rechazo verlo en la carta de un político de izquierdas.

El lenguaje y la forma de escribir nunca son inocentes y menos en un experto en comunicación como Pablo Iglesias. Desde mi punto de vista lo que  pretende  es tocar la fibra sensible y provocar la emoción y la lágrima fácil, también hay una clara intención de ser “tranversales”, de empatizar con todo el mundo, de presentar una cara amable, humana, que al final hace que el texto  resulte engolado y empalagoso.

Desde el punto de vista político, la nota también presenta rasgos  muy preocupantes.

La entrevista en televisión no ayudó mucho, Pedro Piqueras se centró en los aspectos “humanos” y emotivos con algo de política, todo muy light, simpático  y correcto y por supuesto otra vez Venezuela y la situación en América Latina (por cierto ni una sola mención a Nicaragua, ni del periodista ni del entrevistado).

Todo el mundo entiende la ausencia de dos meses de Irene Montero y de Pablo Iglesias, lo que no se entiende es que la primera entrevista se haya concedido a una cadena tan zafia como Telecinco que busca el morbo y el cotilleo y que  práctica el peor periodismo  rosa y amarillo.

Alguien que no conozca la situación española podría pensar que Pablo Iglesias vive en el País de las Maravillas, en el que todo el mundo es bueno y maravilloso, con especial atención a los adversarios políticos y en el que parece que la política ha desaparecido.

 Ese rey y esa reina que les llaman tan atentos y preocupados,  son la cara visible de una monarquía corrupta, sostenida por la mayoría de los partidos “democráticos” de la transición, pero no hay problema, ellos siguen  siendo republicanos.

También son ateos, pero  bastante raros, porque creen que “hay pocos  gestos de amor y amistad más hermosos que rezar, “y nunca se sabe”… Aunque en nuestra sociedad la religión ya no es tan importante, las redes sociales se han convertido en el verdadero opio del pueblo.

Pablo Casado, rival político en el hemiciclo, pero amigo personal, representa lo peor de la derecha española, heredera directa del franquismo. El flamante presidente del Partido Popular,  en un alarde de hipocresía, nos dice que usa y valora  la Sanidad Pública, pero él y  su partido han hecho todo lo posible por tirarla abajo y cambiarla por modelos de gestión privada, en un ejercicio vergonzoso de corrupción y de saqueo de lo público.

La situación que se vive en muchos hospitales públicos es dramática: servicios saturados, recortes, falta de personal y de medios, estrés de los profesionales, listas de espera…. Creo que  habría estado bien mencionarlo.

He dejado para el final hablar de los hijos de la pareja; pocas cosas provocan mas ternura y emoción que un bebé, sobre todo cuando tiene problemas médicos, por supuesto todo el mundo se alegra de que se estén recuperando, lo que me preocupa es como se trata el tema de la infancia en nuestra sociedad.

Hay personajes públicos: artistas, deportistas, estrellas mediáticas, políticos,… que defienden con uñas y dientes la privacidad y la imagen de sus hijxs, no los exponen a las cámaras, no aparecen en los medios de comunicación ni en las redes sociales, nadie conoce sus nombres y su vida y sus actividades se guardan celosamente en el ámbito privado.

En el otro extremo están los que presentándose como familias maravillosas, madres y padres perfectos,  exponen a sus hijas e hijos a los focos y  nos van” retransmitiendo” su vida y milagros desde el embarazo, no solo por ego, vanidad y exhibicionismo (que también), sino porque esas “noticias” venden y producen beneficios: fama, dinero, publicidad, votos…, en una clara manipulación y utilización de la infancia que se extiende sin pudor por las redes sociales y por la prensa del corazón.

Me parece que los dos comunicados que han sacado en estos últimos meses Irene Montero y Pablo Iglesias, (por cierto con un estilo y un lenguaje idénticos), se acercan mucho al segundo caso y creo que por eso me provocan tanto rechazo



Isabel Sánchez Suárez














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