miércoles, 4 de mayo de 2016

La Crisis de lxs Refugiadxs: Reflexiones en torno a unos datos





¿Sabes que, según datos de Naciones Unidas, desde 2010 hasta 2014 tuvieron que dejar sus casas 42.500 personas diariamente y que este número va en aumento hoy en día?

¿Sabes que, según la misma fuente, el número de personas desplazadas en 2015 alcanzó cifras sin precedentes?

60 millones de personas.
Es difícil incluso imaginar lo que esto significa.




Desde el 2010, muchas personas han tenido que huir de Siria, Irak, Afganistán, Libia, Yemen, Pakistán.


Desde 1991, Siria es el país con el mayor número de desplazamientos. Desde que estalló el conflicto, se han producido 12 millones de desplazamientos: 7,6 millones dentro del país y 4,8 millones a otros países.

                                                         

Las políticas que rigen los destinos de estas personas en Europa carecen de coherencia y de sentido de justicia alguno.




Amnistía Internacional, por su parte, ofrece datos destacables sobre otras zonas:
En los Emiratos del Golfo Pérsico no aceptan refugiadxs sirixs. Tampoco lxs aceptan en Rusia, Japón, Singapur y Corea. Y en EE.UU., 31 estados se niegan a recibir refugiadxs.



¿Por qué se ha producido esta crisis sin precedentes?

Los gobiernos de EE.UU. y de otras potencias occidentales han intervenido sistemáticamente durante muchos años para mantener regímenes autoritarios en el Mundo Árabe porque convenía a sus intereses económicos y geopolíticos. Su estrategia cambió cuando pensaron que la democracia podría servir mejor a esos mismos intereses y "ayudaron" a facciones pro-occidentales y democráticas en los países árabes. Surgieron los movimientos de la "Primavera Árabe", fugaz esperanza, que terminó en conflictos civiles armados de variada intensidad, especialmente virulentos en Libia y Siria. Lxs habitantes de estas zonas han tenido que sufrir también los bombardeos de aviones de potencias occidentales que so pretexto de luchar contra el terrorismo han destruido sus campos, ciudades y, en definitiva, sus vidas.


¿Qué podemos hacer?


Tenemos que denunciar las injusticias que se han cometido y se siguen cometiendo en esta región: La búsqueda de beneficio sin límites, el apoyo incondicional a estados como Israel o Arabia Saudí que han favorecido la desestabilización de estos países. Tenemos también que exigir a nuestrxs representantes que se aplique el derecho de asilo de manera equitativa, coherente y efectiva.


Las demostraciones de fuerza, el cierre de fronteras, los discursos del miedo, nunca van a resolver el problema de lxs refugiadxs sino que, al contrario, generan más desigualdad, odio y violencia y degradan los principios éticos más elementales que deben regir cualquier sociedad civilizada.

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