martes, 8 de mayo de 2018

Tan Cerca y a La Vez Tan Lejos: Una Tarde a las Puertas del Congreso



El 25 de abril hacía en Madrid una tarde de calor raro y sofocante, se había convocado una concentración en la plaza enfrente del Congreso para protestar por el incumplimiento del Pacto de Estado contra la Violencia de Género que, después de 6 meses, sigue en el limbo presupuestario y sin aplicación alguna.

Recuerdo la polémica que provocó este pacto, aprobado por todos los partidos menos por Podemos que se abstuvo.

Desde mi punto de vista el pacto es un acuerdo de mínimos sin ningún valor real. Una oportunidad perdida, un documento en el que, por ejemplo,  solo se considera violencia la ejercida dentro de la pareja o ex pareja; que no avanza en políticas de igualdad y no modifica las leyes; un pacto por arriba en el que no se han tenido en cuenta las opiniones y aportaciones del movimiento feminista y en el que no se concretan ni calendarios ni financiación; ahora vemos que solo ha servido para que los partidos firmantes se pusieran la medalla del feminismo y se hicieran la foto con lacitos morados.

A pesar de las enormes movilizaciones del 8 de Marzo, ni el gobierno del PP ni los partidos que lo apoyan, consideran importante desarrollar ni dotar económicamente un pacto que ya se ha convertido en papel mojado.

Pero esta tarde me veo gritando en la segunda fila de una pancarta, llevada por muchas de las mujeres que firmaron el pacto y que sin la menor auto crítica, siguen haciéndose la foto para la prensa, cada vez  más incómoda, con la sensación de estar haciendo un paripé y siguiendo el juego a asociaciones y a partidos con los que no tengo nada que ver.

Poco a poco empezaron a bajar a la plaza algunas políticas que se encontraban dentro de las Cortes y me fijé en el vacío que se formaba alrededor de Carolina Bescansa, que a pesar de la aglomeración y del calor daba la impresión de estar sola, helada y a la intemperie.

Una amiga que la conoce y que odia el refrán tan español de hacer leña del árbol caído, se acercó y la saludó con un abrazo, me pareció que la gente las miraba y cuchicheaba, como cuando en el colegio alguien se atrevía a hablar con alguna niña caída en desgracia, a la que se trataba como a una apestada y a la que no se podía ni dirigir la palabra.

A las puertas del Congreso pensé que la política es cada vez más, una siniestra y perversa carrera de obstáculos a la que los partidos se lanzan para conseguir y mantener los confortables sillones del poder, una competición en la que si caes ya no puedes volver a levantarte; “compañeros” y adversarios te pisaran el cuello y te lanzaran fuera de la pista.

Si eres mujer la cosa se complica (da igual que te llames Cristina, Leticia o Carolina), te aplicaran los estereotipos de género y te juzgarán por tu físico, por tu apariencia o por tu conformidad con los patrones de mujer; así serás:  Fea o demasiado guapa; vieja o demasiado joven, creída o demasiado simpática, tonta o demasiado lista, discreta o deslenguada, opinarán sobre tu forma de vestir o de maquillarte, analizarán si eres buena o mala esposa, madre, nuera…, sacarán fotos tuyas en distintas edades, harán chistes con tu vida privada…

Pero volvamos a Carolina Bescansa, una de las fundadoras de Podemos, que se nos presentaba como intelectual de prestigio, a veces un poco como “la madre” sensata de chicos muy jóvenes y vehementes y luego como madre real de bebés a los que llevaba a reuniones, a mítines y más tarde al Congreso; un ejemplo de las nuevas teorías sobre la maternidad y el apego, bebés a los que todos cogían en brazos mostrando el buen rollo y el feminismo del nuevo partido.

Ahora Carolina es el árbol caído; es difícil saber lo que ha pasado en realidad porque todos los partidos cocinan sus políticas y sus pactos a puerta cerrada, pero podemos imaginar cuales han sido sus” errores”:

- No estar de acuerdo con las políticas ni con las formas de actuación del líder supremo e intentar cambiarlas y presentarse como alternativa.

- Reunirse con otro de los líderes para hablar de pactos y propuestas, darles forma y redactar un documento, que muy probablemente refleja la postura de los dos.

- Dejar que el documento se filtré a través de las redes, en lo que los psicólogos llamarían un acto fallido y muy difícil de entender en una persona de su experiencia.

Graves” pecados” que la han convertido en traidora, en víctima propiciatoria y en la única que merece un castigo ejemplar. Me imagino la hostilidad y la soledad que debe sentir en el hemiciclo.

Lamentables son las declaraciones del gurú Monedero, llamándola mala política y menos mal que en un alarde de generosidad, le recomienda volver a la Universidad y no que se vaya a su casa.

Más lamentable aún la foto de los tres machos dominantes, representando un pacto entre “caballeros”. Detrás de una ridícula pancarta que pone Nosotras, Iglesias, Errejón y Espinar (a los que solo les falta el cuchillo en la boca) se reparten los sillones, por supuesto, todos están de acuerdo en expulsar a Bescansa de las candidaturas, pero como hay que llevar mujeres en las listas ya se encargan ellos de poner una a su medida, Tania Sánchez.

Términos como: feminización de la política (que no he entendido nunca), paridad, listas cremallera, lenguaje inclusivo y no sexista,…cada vez me parecen más vacios de contenido.

Ecología y Feminismo son “temas” que los partidos llamados de izquierda llevan siempre en sus programas y que siempre dejan aparcados para mejor ocasión. Después del 8 de Marzo con millones de mujeres en la calles, las feministas estamos hartas, ya no nos bastan los gestos, las fotos y las buenas intenciones, queremos hechos y políticas concretas y efectivas.



Isabel Sánchez Suárez


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