ROMA, UNA PELÍCULA DE ALFONSO CUARÓN

Estamos en un momento en el que la cartelera cinematográfica se encuentra repleta de películas que los cinéfilos no nos podemos perder. Ya hemos comentado la española “El Rey” del Teatro del Barrio y ahora queremos recomendar, la mexicana “ROMA” de Alfonso Cuarón, por su hechura y su temática que nos golpea en lo más hondo.

ALFONSO CUARÓN, GUILLERMO DEL TORO y ALEJANDRO GONZÁLEZ IÑÁRRITU, pertenecen a la famosa y exitosa terna de directores mexicanos, conocidos como “los tres amigos del cine”.

CUARÓN ya había alcanzado el éxito internacional con la mexicana “Y tu mamá también” del año 2001, que protagonizaba la española Maribel Verdú. Después alternó su trabajo entre México y Estados Unidos dónde triunfó en el año 2013 con la película Gravity que obtuvo 7 Oscar incluyendo el de mejor director.

Ahora, otra vez desde México, con esta maravillosa ROMA, ha obtenido el León de Oro a la mejor película en el Festival de Venecia. Y hay que apresurarse a verla en la gran pantalla, pues es una rareza que la distribuidora Netflix lo haya permitido, dejando que se estrene sólo en cuatro cines españoles, fuera de su plataforma de televisión de pago.

Es una película conmovedora en la que Cuarón rememora su infancia en el barrio de Ciudad de México que lleva el nombre de ROMA.

Cuenta la historia desde la mirada de las mujeres que le cuidaron en su infancia: su madre, su abuela y las criadas de la casa.

El director nos hace entrar en la vida de los personajes con una estética cuidadosa, en blanco y negro, con un movimiento de cámara sencillo pero virtuoso, dando protagonismo a la imagen, desde una fotografía e iluminación impactante, con pocas palabras y con un sonido de fondo que nos introduce en la vida cotidiana de una familia aparentemente tranquila, feliz y alegre.

El magistral guion de Cuarón, nos introduce, desde la perspectiva y la intimidad de las mujeres, no sólo a los problemas familiares de la desaparición del padre y del abandono de la criada embarazada, sino a las diferencias entre clases sociales y razas, a la agitación política, social y económica de aquellos momentos, a la sumisión de la mujer y a la prepotencia y violencia machista, alternando escenas entrañables, con algunas muy duras y  siempre con el trasfondo del homenaje a las mujeres que le cuidaron, especialmente a la criada a la que dedica la película.

En fin, no se la pierdan; me agradecerán la recomendación y les pasará como a la mayoría de las personas que casi llenaban la sala de los cines Verdi que, no se levantaron de la butaca hasta que se encendieron las luces y terminaron los títulos de crédito.


Mercedes Herrero