El jueves pasado se celebró en Euskal Etxea de Madrid un acto en el que se debatía una iniciativa para lograr la mejora de la convivencia en Euskadi.
Un grupo de fascistas se enteraron de la existencia de tal acto e hicieron pintadas en la fachada de Euskal Etxea la noche anterior. Posteriormente, mientras tenía lugar el acto, volvieron profiriendo gritos amenazantes. Se creó tanta tensión que las personas que se encontraban dentro del edificio decidieron cerrar las puertas para evitar males mayores.
Desgraciadamente, este tipo de incidentes va en aumento. Los ánimos se van caldeando y nos tenemos que preguntar a quién le beneficia este clima de fervor patriótico y exaltación del sentimentalismo fácil. Debemos recordar, también, dónde nos lleva esta ruta ya que este tipo de hechos no son inéditos en nuestra historia.
Es indispensable escuchar, dialogar y acercar posiciones en el tema territorial puesto que, de no hacerlo, el estallido de violencia puede ser inevitable.
Una amiga me mando una foto de este horror y las dos nos quedamos conmocionadas. Esta claro que hay fuerzas oscuras que no quieren la paz y que cada vez son más frecuentes y preocupantes las posturas de extrema derecha, incluso en las instituciones, por ejemplo impugnar el cambio de calle del golpista Millán Astray y la medalla y sobresueldo al torturador Billy el Niño.
ResponderEliminarIsabel