Como cuando
anunciaron su embarazo, otra vez me produce
estupor, malestar y vergüenza
ajena, la carta de Pablo Iglesias en Facebook, hablando esta vez del parto y
del estado de sus gemelos.
enredadasenelbarrio.blogspot.com/2018/04/maternidad-redes-y-nueva-politica.html
enredadasenelbarrio.blogspot.com/2018/04/maternidad-redes-y-nueva-politica.html
Las
reflexiones que hice en aquel momento y que podéis leer en el enlace de arriba,
sirven también para este nuevo comunicado, pero hay aspectos diferentes que me
gustaría comentar
https://www.facebook.com/IglesiasTurrionPablo/posts/2211589662246761?__tn__=K-R
https://www.facebook.com/IglesiasTurrionPablo/posts/2211589662246761?__tn__=K-R
Por supuesto
son impresiones y opiniones totalmente subjetivas y voy a intentar analizar la
carta desde distintos ángulos.
En primer
lugar sigo sin entender por qué los políticos tienen que convertirse en
estrellas mediáticas y contarnos con pelos y señales detalles de su vida intima
y privada.
No entiendo
por qué nos tiene que interesar lo que les van a contar a sus hijos cuando sean mayores. En el primer mensaje nos
hablan de “Érase una vez “el poema de Goytisolo sobre el lobito bueno, ahora
gran parte del comunicado nos recuerda a la famosa canción de Ismael Serrano:
“Papa cuéntame otra vez”, pero descafeinada y apta para todos los públicos.
Ya sé que no
es lo mismo, pero recuerdo como criticamos
la boda de la hija de Aznar (un acto privado que al retransmitirlo por
televisión se convierte en público y parece de interés nacional); Facebook también
se ha convertido en una gran pantalla en la que todo se cuenta y todo se
banaliza.
Desde el
punto de vista literario y de comunicación me parece que la nota es
innecesariamente larga, con un tono sensiblero y que podría haberse resumido en
unas pocas líneas, concisas, claras y de carácter informativo.
El texto
mezcla frases, guiños y toques “progres”,
con otros absolutamente rancios y conservadores,
usando un lenguaje cursi y almibarado, pero
muy eficaz para tocar el “corazón” de los lectores y me temo que sobre todo de
las lectoras.
Por ejemplo:
Frases como:
“Vamos hijos, vamos”, “siempre seremos leales a lo común”…
“Vamos hijos, vamos”, “siempre seremos leales a lo común”…
Comparar a
un médico con el ángel de la guarda.
Enumerar a
lxs médicxs con nombres, apellidos y adjetivos, (lo que me parece una falta de respeto a la intimidad de estos
profesionales), menos mal que del personal de enfermería sólo nos da los
nombres de pila, también aquí hay clases.
Hablar de
las grandes dosis de amor en los proyectos de la izquierda.
Agradecer
los abrazos de la tribu y la de los adversarios políticos
La enfermera
que les habla en euskera
La llamada
afectuosa del Rey y de la Reina
Los rezos a
vírgenes y santas de nombres imposibles.
Los hermanos
de leche, las trincheras, los guerreros, los himnos, las banderas, el nudo en la
garganta, la cicatriz,…
Esperamos
encontrar este tipo de lenguaje en las
revistas del corazón, en los Realities, en las telenovelas y en algunos
panfletos, pero francamente me causa sorpresa y rechazo verlo en la carta de un
político de izquierdas.
El lenguaje
y la forma de escribir nunca son inocentes y menos en un experto en
comunicación como Pablo Iglesias. Desde mi punto de vista lo que pretende es tocar la fibra sensible y provocar la
emoción y la lágrima fácil, también hay una clara intención de ser
“tranversales”, de empatizar con todo el mundo, de presentar una cara amable,
humana, que al final hace que el texto
resulte engolado y empalagoso.
Desde el
punto de vista político, la nota también presenta rasgos muy preocupantes.
La entrevista
en televisión no ayudó mucho, Pedro Piqueras se centró en los aspectos
“humanos” y emotivos con algo de política, todo muy light, simpático y correcto y por supuesto otra vez Venezuela
y la situación en América Latina (por cierto ni una sola mención a Nicaragua,
ni del periodista ni del entrevistado).
Todo el
mundo entiende la ausencia de dos meses de Irene Montero y de Pablo Iglesias,
lo que no se entiende es que la primera entrevista se haya concedido a una
cadena tan zafia como Telecinco que busca el morbo y el cotilleo y que práctica el peor periodismo rosa y amarillo.
Alguien que
no conozca la situación española podría pensar que Pablo Iglesias vive en el País
de las Maravillas, en el que todo el mundo es bueno y maravilloso, con especial
atención a los adversarios políticos y en el que parece que la política ha
desaparecido.
Ese rey y esa reina que les llaman tan atentos
y preocupados, son la cara visible de
una monarquía corrupta, sostenida por la mayoría de los partidos “democráticos”
de la transición, pero no hay problema, ellos siguen siendo republicanos.
También son
ateos, pero bastante raros, porque creen
que “hay pocos gestos de amor y amistad más hermosos que
rezar, “y nunca se sabe”… Aunque en nuestra sociedad la religión ya no es
tan importante, las redes sociales se han convertido en el verdadero opio del
pueblo.
Pablo
Casado, rival político en el hemiciclo, pero amigo personal, representa lo peor
de la derecha española, heredera directa del franquismo. El flamante presidente
del Partido Popular, en un alarde de
hipocresía, nos dice que usa y valora la
Sanidad Pública, pero él y su partido han
hecho todo lo posible por tirarla abajo y cambiarla por modelos de gestión
privada, en un ejercicio vergonzoso de corrupción y de saqueo de lo público.
La situación
que se vive en muchos hospitales públicos es dramática: servicios saturados, recortes,
falta de personal y de medios, estrés de los profesionales, listas de espera….
Creo que habría estado bien mencionarlo.
He dejado
para el final hablar de los hijos de la pareja; pocas cosas provocan mas
ternura y emoción que un bebé, sobre todo cuando tiene problemas médicos, por
supuesto todo el mundo se alegra de que se estén recuperando, lo que me
preocupa es como se trata el tema de la infancia en nuestra sociedad.
Hay personajes
públicos: artistas, deportistas, estrellas mediáticas, políticos,… que
defienden con uñas y dientes la privacidad y la imagen de sus hijxs, no los
exponen a las cámaras, no aparecen en los medios de comunicación ni en las
redes sociales, nadie conoce sus nombres y su vida y sus actividades se guardan
celosamente en el ámbito privado.
En el otro
extremo están los que presentándose como familias maravillosas, madres y padres
perfectos, exponen a sus hijas e hijos a
los focos y nos van” retransmitiendo” su
vida y milagros desde el embarazo, no solo por ego, vanidad y exhibicionismo
(que también), sino porque esas “noticias” venden y producen beneficios: fama,
dinero, publicidad, votos…, en una clara manipulación y utilización de la
infancia que se extiende sin pudor por las redes sociales y por la prensa del
corazón.
Me parece
que los dos comunicados que han sacado en estos últimos meses Irene Montero y
Pablo Iglesias, (por cierto con un estilo y un lenguaje idénticos), se acercan
mucho al segundo caso y creo que por eso me provocan tanto rechazo
Isabel
Sánchez Suárez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión nos interesa. ¡Gracias por comentar!